En sus 45 años de vida, la Bolsa Mercantil de Colombia (BMC) ha contribuido al desarrollo y crecimiento del sector agropecuario apoyando la capitalización de las actividades productivas y de comercialización de productos, mediante instrumentos novedosos e idóneos que han apuntalado el desarrollo del país.
Su origen se remonta a 1979 con la creación de la Bolsa Nacional Agropecuaria (BNA), como una sociedad de economía mixta del orden nacional con el objetivo de promover, organizar y mantener un mercado público de productos de origen y destinación agropecuario, sin la presencia física de los mismos.
La creación de la bolsa de productos constituyó un gran avance para la economía del país, garantizando a los productores y comercializadores transparencia y seguridad en sus transacciones, al tiempo que resolvió problemas de financiamiento y capitalización agropecuarios.
Durante los años 80, la Bolsa realizó una importante labor en la protección de la producción nacional, a través de la gestión de las subastas de arroz, trigo, maíz, soya y sorgo.
A comienzos de los 90, a la luz de las reformas de internacionalización de la economía colombiana inició la gestión de incentivos tributarios para la formalización y transformación del sector agropecuario; la promoción y administración de programas de apoyo a la comercialización; y el impulso de mercados a plazo que estimularan la producción agropecuaria y la estabilización de los precios.
Mediante estos mecanismos, durante la década de los 90, se transó o registró por la entonces Bolsa Nacional Agropecuaria, el 39% de la producción nacional de arroz, el 37% de soya, el 29% de fibra de algodón, el 28% de sorgo y el 7% de maíz amarillo y blanco.
La entidad demostró gran adaptabilidad no solo administrativa sino normativa. Los ajustes permitieron que se modernizaran los sistemas de información y así avanzar en el pronóstico y evaluación de cosechas, de tal manera que se otorgara mejores herramientas para los formadores de precios y volúmenes.
En 1991 el gobierno reglamentó las bolsas de productos agropecuarios, permitiendo, entre otras, las transacciones sobre títulos representativos de productos, derechos y servicios, lo que llevó a la creación de las operaciones de REPO sobre los certificados de depósito de mercancías (CDM). Con estas operaciones, logró en la década la vinculación de inversionistas por un valor equivalente actual a unos $400 mil millones.
Al ser sometida a la inspección y vigilancia de la Superintendencia de Valores, posteriormente integrada en la Superintendencia Financiera, se le dio un carácter de actor principal en el mercado bursátil del país, lo cual fue reforzado tres años después cuando las bolsas de productos se definieron como un foro de negociación de materias primas y se autorizó al gobierno a regular su funcionamiento, el de sus operaciones y el de sus intermediarios.
Al cambiar de razón social a la Bolsa Mercantil de Colombia (BMC) en el 2010, se amplió el campo de negociación no solo a productos agrícolas y agroindustriales, sino de otras materias primas, y a instrumentos alternos de financiación para generar liquidez y oportunidades de inversión.
En 2014 se emprendió un nuevo proceso de modernización y optimización del mercado de materias primas, para reformar la efectividad de la operación de la BMC, centralizando los procesos de liquidación y compensación.
Durante el siglo XXI, a través de la Bolsa Mercantil de Colombia se han transado o registrado operaciones de comercialización de productos agropecuarios por un valor equivalente de $710 billones de pesos representativos de 238 millones de toneladas, principalmente de productos del agro como arroz, maíz, aceite de palma, azúcar, frijol, café y productos de ganadería como bovinos, leche y huevos, papa, yuca, frutas, algodón, atún, pollos y cerdos. De este modo, la BMC ha contribuido a impulsar entre un 20% y un 25% del PIB agropecuario en forma directa, beneficiando a más de 400 mil productores.
Por otro lado, se ha impulsado la comercialización del sector en forma indirecta con una contribución de valor similar, a través de transacciones de productos para el agro como abonos y agroquímicos, o de productos transformados como alimentos balanceados para animales y alimentos para personas como carnes y pollo, derivados lácteos, aceites refinados o harinas.
La maduración de las alternativas de financiación de la Bolsa para el sector agropecuario ha permitido, en los últimos 26 años, canalizar recursos por un valor equivalente de $13.4 billones de pesos
El 2015 marcó un hito para la BMC al convertirse en Gestor del Mercado de Gas Natural en Colombia, encargado de suministrar información, transparencia y herramientas necesarias para emitir políticas públicas en la industria del gas.
Al comenzar la segunda década del presente siglo, la BMC emprendió un proceso de transformación enfocado a fortalecer sus líneas de negocio e ingresar a nuevos mercados, llevando en 2022, a la conformación del grupo Bolsa Mercantil de Colombia y la creación de la filial Conexión Energética.
Hoy la Bolsa Mercantil de Colombia se proyecta como un gran actor que seguirá acompañando el desarrollo sostenible del país, ofreciendo soluciones de financiación e inversión alternativa; y administrando de manera eficiente los mercados de compras públicas, de compras entre privados y de energéticos.
Fuente: Revista Nacional de Agricultura